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Port-au-Prince carece de escuelas de arte o academias, la mayoría de sus artista no son profesionales, sino más bien a tiempo parcial; por ello muchos críticos lo alaban o lo denigran etiquetándolo como estilo naïve, amateur, popular. Basquiat es un reconocido artista de los 80 pero que desarrollo su formacion y profeison en USA, aunque siempre reocordo la influencia haitina en sus pinturas, puro cliché sin duda.
Tras el terremoto los habitante supervivientes de Haití vuelven a sus vida con una misión preferencial: reconstruir su ciudad. Las pocas instituciones artísticas han quedado reducidas a polvo, y sus fondos gravemente deteriorados o en mcuhos casos irreversiblemente recuperables.
Sumemos la marguinación en los circuitos de arte internacionales que sufre ya de por si, la falta de recursos, becas y ayudas, y obtendremos el grado cero.
Esto me hace reflexionar sobre la fragilidad de los fondos museísticos, concociendo la fuerte degradación que sufren las pinturas, sobre todo los dibujos, incluso en condiciones extraordinarias de conservación. No solamente a mí, coincidiando con el desastre haitiano, se ha homenajeado el moderno milagro de los fondos del Museo del Prado recatados de los bombardeos o los bunkers que cubrieron las fuentes madrileñas durante la Guerra Civil.
¿Qué sería de Madrid sin su Paseo de las Artes? Este enorme esfuerzo, más aún entonces, hicieron que hoy Madrid sea un destino del turismo cultural, fuente de riqueza en todos los sentidos; y evitaron desastres como los de la Biblioteca Nacional de Sarajevo (por poner un ejemplo que aun siendo niño me produjo estupor.)
Tras el terremoto los habitante supervivientes de Haití vuelven a sus vida con una misión preferencial: reconstruir su ciudad. Las pocas instituciones artísticas han quedado reducidas a polvo, y sus fondos gravemente deteriorados o en mcuhos casos irreversiblemente recuperables.
Sumemos la marguinación en los circuitos de arte internacionales que sufre ya de por si, la falta de recursos, becas y ayudas, y obtendremos el grado cero.
Esto me hace reflexionar sobre la fragilidad de los fondos museísticos, concociendo la fuerte degradación que sufren las pinturas, sobre todo los dibujos, incluso en condiciones extraordinarias de conservación. No solamente a mí, coincidiando con el desastre haitiano, se ha homenajeado el moderno milagro de los fondos del Museo del Prado recatados de los bombardeos o los bunkers que cubrieron las fuentes madrileñas durante la Guerra Civil.
¿Qué sería de Madrid sin su Paseo de las Artes? Este enorme esfuerzo, más aún entonces, hicieron que hoy Madrid sea un destino del turismo cultural, fuente de riqueza en todos los sentidos; y evitaron desastres como los de la Biblioteca Nacional de Sarajevo (por poner un ejemplo que aun siendo niño me produjo estupor.)
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