Ayer le tocó el turno de entrevistas a Carolina Gonzales Vives. Un proyecto que pretende rediseñar el espacio público de las milenarias ciudades europeas para adaptarlo a unas exigencias de "eficiencia energética y confort ambiental", es decir, pasar de la ciudad sumidero a la ciudad productora.
No es un tema baladí, de hecho, es el centro de toda discusión urbanística seria. Carolina defiende un modelo sostenible de ciudad, que no se basa en el crecimiento sino en el reciclaje y la reutilización de los espacios ya construidos para su acondicionamiento ambiental. Estas acciones puntuales son muy diversas: luminosidad, temperatura, humedad, viento, energía, saneamiento, etc.
Esto último mantienen una estrecha relación con el uso del espacio público: contrarestar la tendencia a convertirse en zonas de consumo para retomar la plaza como lugar de reunión.
El aspecto pedagógico del proyecto se basa en la visualización, es decir, que podamos ver-conocer aquello que al mantenerse oculto, desconocemos, y por tanto no podemos ser conscientes de su importancia o su problemática.
Todo esto, la misma semana que leo en The Guardian que el Metro de Paris planea precisamente un sistema para aprovechar el calor generado por los pasajeros.
No es un tema baladí, de hecho, es el centro de toda discusión urbanística seria. Carolina defiende un modelo sostenible de ciudad, que no se basa en el crecimiento sino en el reciclaje y la reutilización de los espacios ya construidos para su acondicionamiento ambiental. Estas acciones puntuales son muy diversas: luminosidad, temperatura, humedad, viento, energía, saneamiento, etc.
"lo público se ha ido vinculando progresivamente a ocio y consumo, alojándose en espacios interiores como centros comerciales."
Esto último mantienen una estrecha relación con el uso del espacio público: contrarestar la tendencia a convertirse en zonas de consumo para retomar la plaza como lugar de reunión.
El aspecto pedagógico del proyecto se basa en la visualización, es decir, que podamos ver-conocer aquello que al mantenerse oculto, desconocemos, y por tanto no podemos ser conscientes de su importancia o su problemática.
"...hacer visibles algunas de las funciones necesarias para el funcionamiento de la ciudad en los espacios que usamos, permite alcanzar una sociedad más sostenible por dos vías simultáneamente: mediante la optimización funcional, y por otro lado, mediante el conocimiento por parte de los ciudadanos de determinados procesos, que generalmente ignoramos, y que son resultado de nuestros actos cotidianos."
Todo esto, la misma semana que leo en The Guardian que el Metro de Paris planea precisamente un sistema para aprovechar el calor generado por los pasajeros.
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